El neobanco N26, de origen alemán, se hace hueco en España y quiere colarse ya en el último escalón, reservado para la gran banca. Aunque son conscientes de que su tamaño todavía es mucho menor al de otros competidores tradicionales, ya cuentan con las herramientas esenciales para pasar de ser segunda cuenta de sus clientes a luchar por convertirse en banco principal.
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